BIANDITZ (844 m.)

6:42

Distancia: 6,5 km

Desnivel: 195 m.
Tipo: Circular. 
Dificultad: Fácil  
Accesibilidad: Accesible para Joëlette y barra direccional.  
A tener en cuenta: 

RECORRIDO
0,00 km: Partiendo desde el aparcamiento de Eskas, cogeremos la senda marcada en amarillo y blanco después de la puerta de madera del lateral. Nos mantendremos en todo momento por esta senda
2,10 km: Torceremos a la izquierda unos metros y volveremos a girar siguiendo las marcas de la GR subiendo por una fuerte pendiente.   
2,70 km: Arribaremos la primera cima denominada Galtzarrieta. Desde aquí se puede apreciar la cumbre de Bianditz. 
3,30 km: He aquí nuestro objetivo. Una vez conseguido este, continuaremos por la senda contraria manteniéndonos todo el tiempo por la GR y siguiendo siempre la ruta de la izquierda. 
4,60 km: Nos alzaremos a una última cumbre, Masuketa y una vez desde allí bajaremos hasta la carretera. 
5,10 km: En la carretera giraremos a la izquierda y continuaremos por esta. 
6,46 km: Volvemos al punto de inicio.

CULTURA
Historia de Artikutza

Anizlarrea y la Colegiata de Roncesvalles
La finca de Artikutza toma el nombre del pequeño barrio que se ubica en su interior, cuyas primeras referencias escritas se remontan al siglo XIII. En esta época, Artikutza formaba parte del término denominado Anizlarrea, propiedad de la Colegiata de Santa María de Roncesvalles que fue adquirida a través de donaciones, permutas, compras, etc. y bajo cuya autoridad se mantuvo, en parte, hasta el siglo XIX.

La Colegiata explotaba directamente o arrendaba ferrerías, derechos de producción de carbón, extracción de mineral, aprovechamiento forestal y de pastos para el ganado, siendo visibles aún los mojones con el símbolo de Roncesvalles grabado en alguna de sus caras que delimitaban los terrenos de Anizlarrea y de los seles (espacios destinados al pastoreo de ganado mayor) esparcidos por toda la superficie de Artikutza.

Con el paso de los años los derechos de Goizueta sobre Anizlarrea fueron aumentando, pero los desacuerdos y pleitos entre La Colegiata y Goizueta, así como con otros particulares comprometidos con arriendos, fueron continuos dadas las diferencias entre los intereses de ambas instituciones. En 1815 Roncesvalles y Goizueta firmaron una concordia por la que Anizlarrea se dividió en dos partes: por un lado 5.477 has del moderno Anizlarrea pasaron a manos de Goizueta y por otro las 3.770 has de Anizlarrea Viejo, actual Artikutza, siguieron bajo el gobierno de Roncesvalles sin que Goizueta ni particulares tuvieran derecho alguno sobre ella. Testigo de esta división son los 37 mojones que delimitaban la partición de Anizlarrea y que marcan la divisoria entre Artikutza y Goizueta.

Artikutza es expropiada...
A comienzos del siglo XIX los diferentes gobiernos liberales impulsaron un proceso desamortizador de los bienes de la iglesia y las órdenes religiosas. Roncesvalles consiguió quedar exenta de este proceso por las gestiones realizadas ante la regente Maria Cristina, a cuya caída estas tierras fueron finalmente expropiadas y subastadas.

... y pasa a ser propiedad particular
En 1844 Fagoaga y Carriquiri pasan a ser los primeros propietarios particulares de Artikutza,  tras lo cual va cambiando de propietarios y su precio va aumentando, más por motivos especulativos que por las mejoras que se van realizando en ella.

Hacia 1896 comienza la construcción del ferrocarril minero que uniría el entorno minero de Elama con la estación de Rentería. El conde de Aldama siguió con la explotación del ferrocarril y de la finca que fue vendida posteriormente a Rafael Picavea, quien entre otras sociedades funda la "Compañía explotadora de Artikutza S.A". junto con el marqués de Acillona, quien posteriormente será propietario de la finca.

En enero de 1919 el ayuntamiento de San Sebastián compra a los herederos del marqués de Acillona por 3.200.000pts (unos 19.233€) la finca de Artikutza.
Agua para San Sebastián

A Comienzos del siglo XX, durante la "Belle Époque", el ritmo de crecimiento de la población de San Sebastian es extraordinario, más aún en verano por ser elegida como ciudad de veraneo por la realeza Española. Los pozos y manantiales cercanos a la ciudad no son suficientes para abastecer a la ciudad y se estudian nuevas soluciones buscando aguas arriba del Urumea y finalmente se construye una pequeña presa en el rio Añarbe, en el límite con la finca de Artikutza.

El año 1902 las fiebres tifoideas acaban con la vida de 40 personas, lo que enciende las alarmas y tras inspeccionar aguas arriba de la presa, se localiza el foco de la infección en dos habitantes del barrio de Artikutza enfermos de fiebres tifoideas que infectan el río ( lavado de ropas, vertido de aguas fecales de las viviendas...) cuyas aguas confluyen en el río Añarbe. Este hecho es el detonante para que el ayuntamiento vea necesario el control absoluto sobre Artikutza.

Tras difíciles negociaciones, en 1919 el ayuntamiento se hace con la finca, y se construye una amplia red de tuberías y canales que aprovecha el agua de todos los manantiales y se prohíben todas las actividades susceptibles de contaminar el agua: explotaciones forestales, mineras, presencia de ganado,... Además, se limita el acceso de personas y se abandonan los caseríos dispersos por la finca (Elama, Goizarin, Egazki,..) trasladando a todos sus habitantes al barrio de Artikutza.

Entre 1950 y 1960 se construye la presa de Enobieta, dentro de la finca, que por problemas geológicos no llega a terminarse, quedando su capacidad reducida a la mitad de lo inicialmente proyectado. Los problemas de filtración por uno de sus estribos provocan una nueva disminución de su capacidad. Se hace necesario un nuevo embalse que se construye en Añarbe y que comienza a funcionar en 1975 abasteciendo a toda la comarca de Donostialdea, quedando el embalse de Artikutza sin suministro directo a la ciudad. Actualmente el agua de Artikutza llega a Añarbe por su cauce natural habiéndose abandonado la red de canales que se diseñó. La mayor parte del agua que almacena Añarbe procede de Artikutza. 

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