AITZBELTZ (319 m.)

0,00 km: Partimos de parking de "la chopera" dirección a la salida de la autovía. Una vez llegado al puente lo cruzamos pasando al otro lado de la carretera y pasando por debajo de la A-1. Proseguimos pendiente arriba por una carretera asfaltada girando en dos bifurcaciones a la derecha y en la última a la izquierda.

0,70 km: Fuerte pendiente de asfalto  

1,00 km: Abandonamos la carretera secundaria y nos adentramos por la senda de la izquierda la cual enseguida se convierte en pista de montaña no asfaltada. 

1,60 km: Llegamos a la casa "Blanca" y una vez pasada esta continuamos por la senda de la derecha. En este tramo coger precaución por los árboles caídos.

2,00 km: Nos aproximamos a un cruce en el cual se ve una caseta hidrológica. Aquí giramos a la izquierda donde cogemos una senda hacia abajo con una fuerte pendiente hacia abajo. al final de esta corta pendiente mantener especial atención con los árboles bien en el suelo como en la cabeza y el riachuelo.

2,50 km: En esta parte de la senda recomendamos abrir bien los ojos ya que en vez de ir por el camino habitual que puede llegar a ser peligroso, vamos a bordear este por otro que puede estar bastante confuso. 

3,10 km: Habiendo pasado las ruinas de un viejo caserón, especial atención a la derecha ya que inicia una senda estrecha que luego se amplía.

3,51 km: Llegamos a nuestro destino.

En el siglo XIX hubo más de un sistema resuelto de mensajería.  De ahí el objetivo del telégrafo óptico. Y es que a raíz de señales visuales, las comunicaciones (habitualmente mensajes político-militares) recorrían largas distancias en un periodo de tiempo “muy reducido”. Simplemente constaba en repetir la señal de la torre anterior habiendo descifrado su significado. Así es como se hizo entre ellas en la Torre de Aitzbeltz. Aquellas comunicaciones que venían de Madrid llegaban de manera “apresurada” a Donostia. Sin embargo, la técnica no tardó en mejorar y hasta el día de hoy ha dejado en el abandono las diversas torretas quedando en ruinas como ha pasado con la de Aitzbeltz. No obstante, existe aún cierto romanticismo entre los andoaindarras ya que aquella torre que facilito las tecnologías actuales la guardan como pequeño tesoro.