PAGOETA (676 m.)

7:17

MENDITALDE, Urtarrila 2018: Pagoeta - hika ateneo

Distancia: 8,0 km (ida-vuelta)
Desnivel: 314 m.
Tipo: Ida y vuelta por el mismo camino.
Dificultad: Fácil.   
Accesibilidad: Sólo accesible a joëlettes y a barras direccionales.
A tener en cuenta: En caso de lluvia muy embarrado en el tramo final


RECORRIDO
0,0: Partimos del cementerio del barrio Urdaneta hacia la pista asfaltada donde se inician las marcas blancas y amarillas. 
0,6: En este primer cruce cogeremos la pista de la derecha.
1,1: Una vez llegados al caserío Saberri, iniciamos una vereda de montaña ubicada a la izquierda. Continuamos por el PR.
1,5: Se presenta un nuevo cruce. Con el fin de evitar el vallado continuaremos por el camino de abajo (derecha). Aún así ambos llegan a un mismo punto más adelante.
2,0: Habiendo llegado a una pista asfaltada, subiremos por esta hasta llegar a un poste grande eléctrico. Una vez aquí, nos adentramos nuevamente en una pista de pasto, pasaremos la puerta, y continuaremos por el propio camino.
3,6: Sin pérdida alguna llegarremos a la cruz de Pagoeta.
3,9: En caso de querer ampliar la panorámica, podemos acercarnos a la cumbre cercana de Urruztume. En esta encontraremos un vértice geodésico.  

CULTURA
“El misterio del tejo”. 
Pagoeta guarda para sí varios tesoros. Sin embargo, hay un elemento que llega a ser misterioso y alentador como es el tejo. Al parecer, analizando los diversos documentos, en época romana, los várdulos y los pueblos colindantes se valían de las hojas de este árbol para envenenar sus armas frotando el filo o para suicidarse en caso de caer en manos de los enemigos*. Este hecho puede sean palabras de un simple charlatán para generar miedo u odio. No obstante, sabiendo que el misterio sigue en el aire... hemos pensado ir más allá. Investigando en la amplia bibliografía observamos que las semillas del tejo poseen una sustancia tóxica denominada taxina. Este elemento tóxico provoca nauseas y somnolencia llevando a la persona a un estado de coma. Una vez bajada la presión sanguínea y el pulso, procede a una parada respiratoria y con ello la propia muerte. Sin embargo, este árbol siempre ha estado en lo más alto de lo sagrado. Al parecer, su longevidad hizo que desde la época de los celtas se acogiera como un símbolo de lo eterno y de ahí el porqué de hacer congregaciones a su sombra.   

Aurkenerena, J. (1999): Euskal Sinesmen Zaharrak. Gero Argitaletxea; Bilbo. Pag. 48

TRACK

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