Desnivel: 336 m .
Tipo de camino: Ida y vuelta por el mismo camino
Dificultad: Fácil aunque en el último tramo antes de llegar al poblado existe una fuerte pendiente de 1 kilómetro.
Accesibilidad: Accesible para Joëlette y barra direccional.
RECORRIDO
0,000 km: Partimos desde la casa del guarda, también conocida por Eskas. Pasamos la valla abriéndola desde el lado contrario y continuamos por la carretera.
0,600 km: Después de 600 metros, cogemos el segundo sendero que se encuentra a mano izquierda de donde parte la pista de la antigua vÃa del tren (trenbidea).
2,700 km: Continuando por la misma vereda llegamos a un mirador natural donde podremos apreciar una buena panorámica del valle. Luego continuamos siempre por el mismo camino sin desviarnos.
4,100 km: Habiendo iniciado un pequeño descenso nos encontramos con una bifurcación giraremos a la izquierda iniciando asà una fuerte pendiente. En esta parte cabe tener precaución para evitar posibles caÃdas.
5,200 km: Llegamos a la carretera nuevamente y solo nos falta un pequeño tramo de un par de centenares de metros para llegar a nuestro destino.
0,600 km: Después de 600 metros, cogemos el segundo sendero que se encuentra a mano izquierda de donde parte la pista de la antigua vÃa del tren (trenbidea).
2,700 km: Continuando por la misma vereda llegamos a un mirador natural donde podremos apreciar una buena panorámica del valle. Luego continuamos siempre por el mismo camino sin desviarnos.
4,100 km: Habiendo iniciado un pequeño descenso nos encontramos con una bifurcación giraremos a la izquierda iniciando asà una fuerte pendiente. En esta parte cabe tener precaución para evitar posibles caÃdas.
5,200 km: Llegamos a la carretera nuevamente y solo nos falta un pequeño tramo de un par de centenares de metros para llegar a nuestro destino.
CULTURA
Historia de Artikutza
Anizlarrea
y la Colegiata de Roncesvalles
La finca de Artikutza toma el nombre del pequeño
barrio que se ubica en su interior, cuyas primeras referencias escritas se
remontan al siglo XIII. En esta época, Artikutza formaba parte del término
denominado Anizlarrea, propiedad de la Colegiata de Santa MarÃa de Roncesvalles
que fue adquirida a través de donaciones, permutas, compras, etc. y bajo cuya
autoridad se mantuvo, en parte, hasta el siglo XIX.
La Colegiata explotaba directamente o arrendaba
ferrerÃas, derechos de producción de carbón, extracción de mineral,
aprovechamiento forestal y de pastos para el ganado, siendo visibles aún los
mojones con el sÃmbolo de Roncesvalles grabado en alguna de sus caras que
delimitaban los terrenos de Anizlarrea y de los seles (espacios destinados al
pastoreo de ganado mayor) esparcidos por toda la superficie de Artikutza.
Con
el paso de los años los derechos de Goizueta sobre Anizlarrea fueron
aumentando, pero los desacuerdos y pleitos entre La Colegiata y Goizueta, asÃ
como con otros particulares comprometidos con arriendos, fueron continuos dadas
las diferencias entre los intereses de ambas instituciones. En 1815
Roncesvalles y Goizueta firmaron una concordia por la que Anizlarrea se dividió
en dos partes: por un lado 5.477 has del moderno Anizlarrea pasaron a manos de
Goizueta y por otro las 3.770 has de Anizlarrea Viejo, actual Artikutza,
siguieron bajo el gobierno de Roncesvalles sin que Goizueta ni particulares
tuvieran derecho alguno sobre ella. Testigo de esta división son los 37 mojones
que delimitaban la partición de Anizlarrea y que marcan la divisoria entre
Artikutza y Goizueta.
Artikutza
es expropiada...
A comienzos del siglo XIX los diferentes gobiernos
liberales impulsaron un proceso desamortizador de los bienes de la iglesia y
las órdenes religiosas. Roncesvalles consiguió quedar exenta de este proceso
por las gestiones realizadas ante la regente Maria Cristina, a cuya caÃda estas
tierras fueron finalmente expropiadas y subastadas.
...
y pasa a ser propiedad particular
En 1844 Fagoaga y Carriquiri pasan a ser los primeros
propietarios particulares de Artikutza, tras lo cual va cambiando de
propietarios y su precio va aumentando, más por motivos especulativos que por
las mejoras que se van realizando en ella.
Hacia 1896 comienza la construcción del ferrocarril
minero que unirÃa el entorno minero de Elama con la estación de RenterÃa. El
conde de Aldama siguió con la explotación del ferrocarril y de la finca que fue
vendida posteriormente a Rafael Picavea, quien entre otras sociedades funda la
"CompañÃa explotadora de Artikutza S.A". junto con el marqués de
Acillona, quien posteriormente será propietario de la finca.
En enero de 1919 el ayuntamiento de San Sebastián
compra a los herederos del marqués de Acillona por 3.200.000pts (unos 19.233€)
la finca de Artikutza.
Agua
para San Sebastián
A Comienzos del siglo XX, durante la "Belle
Époque", el ritmo de crecimiento de la población de San Sebastian es
extraordinario, más aún en verano por ser elegida como ciudad de veraneo por la
realeza Española. Los pozos y manantiales cercanos a la ciudad no son
suficientes para abastecer a la ciudad y se estudian nuevas soluciones buscando
aguas arriba del Urumea y finalmente se construye una pequeña presa en el rio
Añarbe, en el lÃmite con la finca de Artikutza.
El
año 1902 las fiebres tifoideas acaban con la vida de 40 personas, lo que
enciende las alarmas y tras inspeccionar aguas arriba de la presa, se localiza
el foco de la infección en dos habitantes del barrio de Artikutza enfermos de
fiebres tifoideas que infectan el rÃo ( lavado de ropas, vertido de aguas
fecales de las viviendas...) cuyas aguas confluyen en el rÃo Añarbe. Este hecho
es el detonante para que el ayuntamiento vea necesario el control absoluto
sobre Artikutza.
Tras difÃciles negociaciones, en 1919 el ayuntamiento
se hace con la finca, y se construye una amplia red de tuberÃas y canales que
aprovecha el agua de todos los manantiales y se prohÃben todas las actividades
susceptibles de contaminar el agua: explotaciones forestales, mineras,
presencia de ganado,... Además, se limita el acceso de personas y se abandonan
los caserÃos dispersos por la finca (Elama, Goizarin, Egazki,..) trasladando a
todos sus habitantes al barrio de Artikutza.
Entre 1950 y 1960 se construye la presa de Enobieta,
dentro de la finca, que por problemas geológicos no llega a terminarse,
quedando su capacidad reducida a la mitad de lo inicialmente proyectado. Los
problemas de filtración por uno de sus estribos provocan una nueva disminución
de su capacidad. Se hace necesario un nuevo embalse que se construye en Añarbe
y que comienza a funcionar en 1975 abasteciendo a toda la comarca de
Donostialdea, quedando el embalse de Artikutza sin suministro directo a la
ciudad. Actualmente el agua de Artikutza llega a Añarbe por su cauce natural
habiéndose abandonado la red de canales que se diseñó. La mayor parte del agua
que almacena Añarbe procede de Artikutza.